EL ARPA EN LA NAVIDAD DE QUERCO
Provincia de Huaytará, Departamento de Huancavelica

El arpista

El hecho que el arpa es el único instrumento acompañante de la comparsa navideña de Querco parece original de la parte sur de Huancavelica. En otras provincias del departamento y en Ayacucho, la formación típica es arpa y violín, formación que puede ser completada, por ejemplo en Huayllahuara, prov. de Huancavelica, por un clarinete, un saxofón y un tambor, según una influencia "del centro" del Perú (Junín). 

Sin embargo, en el lugar de origen de las waylías, es decir la sierra de Lima (Carlos Mancilla: Brígido Varillas, Apuntes para el folklore de Yauyos, 1965), tambien encontramos lugares donde la fiesta se acompaña solo con arpa. Se puede entonces deducir que esta tradición no es exclusiva de Huancaveli , que las costumbres, a causa de influencias e interacciones siempre más frecuentes, están hoy en día entreveradas, cada pueblo o región adaptándolas a sus necesidades expresivas propias.

El arpista es una persona clave de la comparsa, ya que sin música el ensayo y el baile son imposibles (con la aparición y la difusión actual de las grabaciones de la música de Navidad, esto podría cambiar en el futuro, ya que es teoricamente posible ensayar con un caset o un CD; no obstante, el "toque" de cada arpista es diferente, y el bailarín necesita acostumbrarse a ello). El arpa es entonces el verdadero motor de la comparsa, sin el cual quedaría imovilizada. 

El trabajo del arpista es muy duro, en diferentes aspectos: tiene que memorizar todas las diferentes melodías de Navidad, y dominarlas todas a la perfección; tiene que tener un conocimiento profundo del instrumento y de diferentes estilos de música de su país: en la competencia de arpas del día 25 de diciembre tiene que poder interpretar una serie de temas "clásicos" peruanos. Los cinco días de ensayo toca todo el día sin parar, para sus bailarines y para cualquiera que tenga ganas de bailar, sea para mostrar o enseñar, sea simplemente para lucirse un rato en el marco del ensayo. 

Durante la Entrega, la Buena Visíta, la Adoración, la Caramuza del día 26, está constantemente con su arpa cargada en el hombro, desplazándose junto al resto de la comparsa; y sobre todo, durante ocho días seguidos, se le exige una precisión de metrónomo: cualquier vacilamiento, sobre todo rítmico, puede hacer fallar al bailarín, con el cual la interacción es constante; una gran experiencia y un pulso casi infalible son necesarios para ser arpista de comparsa navideña. Terminando, es el único integrante de la comparsa que nunca puede ir a descansar en las largas noches de competencia, donde tiene que tocar más o menos cada cinco minutos (y durante 36 horas seguidas...).

El arpista no tiene ninguna vestimenta especial; me ha llamado la atención que dos arpistas de cuatro llevaban una chalina blanca, lo que corresponde a la costumbre ayacuchana de las Waylías.

El capataz del arpa

Conocedor de todas las melodías navideñas, está al servicio del arpista: lo ayuda a cargar y descargar el arpa de los hombros, puede recordarle alguna melodía si la memoria de éste está fallando, enfín lo apoya en todo momento trayendole comida o bebida, y se queda siempre a su lado durante todos los acontecimientos públicos de la Navidad.



Para saber más sobre la Navidad de Querco (sur del departamento de Huancavelica), contactar al autor!

CLAUDE FERRIER


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